domingo, 20 de julio de 2014

¿No te das cuenta que no me importa lo que estas diciendo?
Lo qué inventas,
tu cielo,
tu clima,
el clima,
los horarios que manejas,
tu autobiografía barata.
No me importan ni el lo más mínimo
tus músicas,
tus apariencias,
tu pensamiento,
tus ideales.

Y me seguis hablando.
Y te miento,
te ignoro.

¿Cómo pueden existir seres tan triviales?
Quiero morir en momentos como este.
Quiero que te vayas,
quiero irme.
Necesito irme.

Llenas cabezas con material descartable,
como si fueran tachos de basura reciclable.
Y estoy ahora escribiendo esto
porque aprendí a reciclar tu basura,
tu peste.

martes, 3 de junio de 2014

Lo único que escuchaba era mi cabeza y el mar.
Y se mezclaban, se fusionaban.
Un hombre del más allá me hablaba,
pero la señal era mala.
La conexión con este ser era intermitente,
por momentos lo escuchaba a él,
y por momentos a un individuo que quería olvidar, que no me dejaba en paz.
Este ser me divertía,
me abría,
me emocionaba.
De otro mundo,
desde lo más profundo de su alma,
desde las estrellas,
desde algún planeta.
¿Marte?
Quizá otra galaxia.
Seguramente nunca lo sepa.
Quería salir de mi cabeza,
algo me estaba matando,
tan inusual en mi.
Ahora hago que no me importa,
pero en ese momento era la sombra que tapaba el sol.

El mar.
La Tierra debajo de mis manos.
Tan pequeño parecía todo,
tan inútil,
tan estúpido.
Pero a la vez era gigante.
Ese horizonte,
esa voz,
esa armonía del cosmos.

Tan inexplicable era todo…

Y el alma no me volvía,
y todo me llevaba al mar,
el bien, el mal,
el querer,
tanta nimiedad.
Todo era invisible.

Nada fue de verdad.
Y en caso de que no lo sepas
tengo que decirte que no puedo transmitirte nada,
porque no estas acá,
porque yo tampoco estoy.
Espero que nos encontremos alguna vez,
en los pasillos,
en alguna calle,
en cualquier lugar que quieras.
Ojalá en ese momento
pueda transmitirte todo esto,
para que entiendas que no puedo hacer nada,
que todo lo que pienso es en vano,
y nada es realidad en mi mente.

Espero que entiendas de verdad
y no me juzgues,
no superes en ese momento
el dolor que me produce tu presencia .


sábado, 12 de abril de 2014

Hombro con hombro viendo los restos de la luz. Me cruzo con vos y con las melodías de esa entidad que nos enseñó a ser, que fue, es y seguirá siendo hasta que el sol deje de estallar.

Vos seguramente no te cruzas, no podés, no querés, no te importa demasiado, no me importa demasiado. No me importa nada.

Estuve leyendo sobre eso del túnel de la perdición, del dolor eterno, de las cosas que te lastiman como las noticias del mal que siempre recibis cuando agonizas.
Vivirlo más que a la vida es diferente, es más doloroso y precioso y hermoso y nada se cierra, nada, nada, nada empieza, nada termina, nada en el mar de la ignorancia, de la inexperiencia.

No creo que termine esto porque, repito, no empezó. Ni siquiera se encendió. No veo la chispa, no veo el inicio de el viejo túnel recorrido por esos señores que me hablaban hace una semana o dos, y no paraban, y me moría de horror por sus poesías y por sus tragedias. Mi no tan importante tragedia.

viernes, 21 de febrero de 2014

Sabes pensar, no sacrificás.
Tirás el boomerang y seguís como si nada,
y te olvidás de que vuelve
y se carga con verdades.
Se carga con el odio colectivo.
Claro, ¿qué vas a hacer?
Te exiliás de todos estos años,
no vas a hablar.
Manipulando inconscientemente,
llevando la luz a la oscuridad.
Mirás hacia abajo,
te llevas un par con vos.
Insoportablemente abstracta
y te llevas incluso mis años
que no vuelven más.
Era la hora más oscura. Entre el silencio y la realidad trastocada en la que te encontrás, no podés ya ni razonar. Exploras tu mente y te olvidas de tu cuerpo. Y analizas tus enfermedades, las vivis. Contagiás, te contagian. Te ahogas en materia gris, te desvaneces en la famosa nada. Matas pensamientos, sensaciones, tiempo, y cualquier signo de algo vagamente físico. Es increíblemente alto el nivel de decisión que tenés sobre tu mente, la pintas, la vaciás, la acomodás, la eliminás...
 Hambriento en la nada, esperando el indicio de algún ser milagroso. Miras qué pasa a tu alrededor, pero nada. Nada sucede. No hay nada a tu alrededor, solo vos y la nada, la soledad, frente a frente. Casi como si no pudieras respirar le suspiras, pero no te contesta. Porque es nada, te dice nada, te produce nada y te trasforma en nada.

jueves, 9 de enero de 2014

Las opiniones no existen, son fantasía.
Los comentarios tampoco, son solo geometría.
El pensamiento es débil, te lo puede quemar cualquiera.
Los ideales no nacen, se construyen.
El alma no florece, crece.
El tiempo no es tiempo, es vida.
La televisión no es real, es un circo.
Los diarios exageran, son la enfermedad de la gente.
Nada del mundo real existe, todos son adornos.


Lo único que existe sos vos, todo lo que creas que te pertenece.